ARP. Etapa 28 (ir a etapa anterior...)
06 de Agosto 2.006 (ir a etapa siguiente...)
Refugio Certascán – Mounicou.
Plano del IGN francés.
Durante la noche ha habido momentos en que se notaba cómo el agua de lluvia golpeaba sobre el tejado del refugio. Qué día nos espera hoy?. A eso de las 6 hs. ya se empiezan a mover los montañeros más madrugadores. Los demás un poco escalonadamente vamos haciendo lo mismo. El desayuno es aceptable. Zumo, leche, cola-cao, magdalenas, tostadas, mantequilla, mermelada, queso, tranchetes. Bueno. Vale, que me salgo. Como para quedar bien servido. Y encima, repitiendo. Claro. Que si no, yo… Sin perder nada de tiempo, ya estamos preparando la mochila para emprender la marcha. Al salir del refugio de Certascán (2.230mts) coincidimos a la vez tres grupos. De 4 personas, de 3 personas, y nosotros dos. La ruta que seguimos todos es coincidente durante un largo tramo, hasta después de descender del collado de la Artiga. A partir de allí, mientras nosotros seguiremos el descenso del valle hacia Mounicou, el resto remontarán hacia el refugio de Pinet. Hace fresco. Salimos abrigados. La senda desciende dejando abajo un pequeño estany que recoge las aguas que dejan escapar del Certascán. Más abajo, en descenso hacia el valle, se forman una sucesión de bellas cascadas. En una confluencia de rutas (2.050mts), tomamos la que remonta hacia un próximo collado (2.211mts) que nos hace atravesar la sierra de Llurri. Desciende de nuevo pasando primero por el estany de Romedo de Dalt (2.128mts) embellecido por un pequeño islote con un árbol que le adorna. Luego, pasando por unos tramos de vaguada, también con una bella cascada del sobrante del lago superior, y atravesando por unos cortos tramos de trepada sobre la roca, nos acercamos al estany de Romedo de Baix (2.027mts). Tras dejar éste último lago, pasamos por unas planicies en el valle de Guiló para remontar finalmente al collado de la Artiga (2.476mts). Todo este entorno por el que hasta ahora hemos pasado es de gran belleza. Muy bonito. Muy interesante. La senda está muy clara, sin problemas para seguirla. Hay señales de un GR (no el GR-11 que últimamente le tenemos muy abandonado) con pintura verde y hitos. Pronto nosotros dos nos distanciamos del resto de la caravana inicial que van mucho más lentos (qué raro!), con otro aire que no es el nuestro. La subida al puerto de la Artiga es fuerte, exigente. Pero subo muy bien. Como siempre a mi ritmo. Satisfecho con mi rendimiento. Como en todas las subidas me veo envuelto en muchos pensamientos. Tales como que siento unas sensaciones de plenitud muy satisfactorias. Estas jornadas que estamos viviendo en el Pirineo me llenan totalmente. Es todo como una cadena continua sin nada desaprovechable. Es una vivencia permanente, involucrado plenamente en lo que estamos haciendo, lo que estamos viviendo. Ya han pasado 8 días desde que nos hemos vuelto a meter en el monte en este nuestro tercer sector de la ARP y parece que llevamos mucho más tiempo. Es una sensación de aprovechamiento a tope. Intenso. Total. Las 24 horas del día sin desperdicio. La mañana, la tarde, la noche. Todo seguido. Todo continuo. Un día, otro día… todos. Una conexión ligada, sin cortes. Una vivencia en el entorno que me absorte totalmente. Que me hace vivir muy intensamente. Muy bien!. (Vaya rollo!). Paramos en el puerto de la Artiga (l’Artigue)-(2.476mts). Es necesario descansar un rato y tomar algo, hidratar, recuperar. El collado es fronterizo. A partir de aquí dejamos el territorio español y pasamos a la vertiente francesa. Iiniciamos el descenso después de despedirnos del hermano del hijo de su padre (¿?). Sí. Los tres de familia con los que coincidíamos ayer cuando ellos bajaban del pico Certascán hacia el refugio. A su ritmo también van completando los objetivos que tienen previstos. La bajada del puerto es como algunas otras que conocemos bien. Infinitos bloques de roca por donde hay que moverse con mucha prudencia y prestando atención a ver donde pisamos para mantener el buen equilibrio. Resulta interminable. Está señalizado con la pintura roja y blanca. Se percibe que por debajo de los bloques de roca corre el agua que en su descenso se irá agrupando con otras aportaciones formándose el incipiente torrente que irá aumentando de caudal ofreciéndonos luego su viva compañía con aguas muy limpias, bellos saltos, cascadas o apacibles remansos. El valle de l’Artigue es extraordinariamente largo y como otros descensos que ya hemos efectuado, este también pierde un considerable desnivel. Estamos coincidiendo con varias personas que caminan bastante más ligeros que nosotros. Ellos sin peso. Claro!. Algunos con la caña de pescar. La senda pasa cerca de los orrys de Mespelat (1.750mts) que son restos de cabañas rústicas muy antiguas de piedra. Parece un poblado milenario. Carlos se entretiene tomando fotografías. Luego seguimos bajando y bajando... Un descenso interminable que parece no tener fin. La senda remonta unos metros y discurre bastante por encima del ahora ya caudaloso y ruidoso torrente encajonado en una garganta estrecha y profunda. Bastante abajo tenemos una pasarela para cruzarlo. Después, durante un largo tramo la senda remonta ligeramente para terminar con una bajada muy brusca que llega hasta la orilla del río, en una especie de playa fluvial donde algunas personas se hallan tomando el sol. Llegamos a un parking. Hemos bajado a la civilización. A partir de aquí… asfalto!. Un tramo muy pesado de hasta 3 kms de carretera hasta la localidad de Mounicou (1.087mts). Piso duro que hay que compartir con el tráfico de coches. Qué le vamos a hacer. Nuestro guión lo exige!.
Mounicou es una pequeña población que conserva la arquitectura original sin “pegotes” que lo estropeen. Hay un bar y un albergue pero hoy no vamos a volver a “pecar”. Sí que vamos a finalizar la etapa aquí pues la ruta continúa remontando una ladera con mucho desnivel y probablemente no encontremos un lugar adecuado donde instalarnos. Inspeccionamos los alrededores de la población y remontando un poco el valle aprovechamos unos espacios entre el enramado del bosque. “No es un paraíso, pero para una noche puede servir”. No lo pensamos demasiado y es a gusto de los dos. Plantamos la tienda ya cerca del anochecer (9,15’) y a ver qué tal descansamos.
Hoy han sido 8 horas y 40’ el tiempo que hemos dedicado a la ruta. Desnivel acumulado de subida, unos 650 metros y de bajada unos 1.700 metros.
A continuación una muestra de fotos de esta etapa...
Por una vez… y que no sirva de precedente. No es que reneguemos categóricamente de los refugios guardados. Pero a nosotros dos nos va mucho más campar a nuestro aire como vamos haciendo hasta ahora. Con la base de la tienda-vivac deteniéndonos donde mejor nos parece… O si se tercia alguna cabaña de montaña… O quién sabe, si un “cajón” de caza… O también probamos ocasionalmente dormir al raso... Bueno. Que las circunstancias de cada día nos ofrecen distintas alternativas y decidimos lo que más nos apetece. El desayuno que nos ofrecen en el refugio es muy apetitoso, lo mismo que lo fue la cena de la noche pasada. Abandonamos el refugio de Certascán descendiendo momentáneamente por el valle natural. La senda pasa junto a un pequeño lago que retiene las aguas que dejan escapar del laso superior de Certascán.
Ahí queda el entorno del refugio con el pico Certascán entre las nieblas.
Atravesamos la sierra de Llurri y hacia la otra vertiente vamos a pasar junto al estany de Romedo de Dalt.
Seguimos descendiendo para pasar más abajo junto al estany de Romedo de Baix.
Antes tenemos que presenciar esta cascada del desaguadero del estany de Romedo de Dalt.
Y ya nos encontramos junto al estany de Romedo de Baix.
Ahora en ascensión hacia el puerto de la Artiga, la ruta nos lleva a pasar por el Pla de Guiló.
Y tomando altura vemos todavía el estany de Romedo de Baix.
Debajo de la foto está el Plá de Guiló. Y en la parte superior se encuentra el pico Certascán todavía con algo de nube sobre su cumbre.
Llegando al puerto de la Artiga (l’Artigue).
Y ahora… descender el largo y profundo valle de l’Artigue. El puerto es fronterizo y dejamos el territorio español pasando al francés. La montaña sigue siendo la misma: El Pirineo.
La primera parte de la bajada es así de “relajada”. Grandes bloques de granito donde hay que prestar continua atención sobre dónde se apoyan los pies. No es nada cómodo desplazarse por este terreno.
Ahí queda todo ese pedregal con el puerto de l’Artigue por arriba. En adelante ya podemos pisar sin tanta preocupación.
Seguimos mirando hacia atrás y todavía vemos el puerto de l’Artigue con su pedregal de rocas.
Hay que seguir bajando. Es una bajada muy larga.
En la parte inferior del valle a donde llega el asfalto. Preferíamos los “pedregales” de por allá arriba. Verdad?.
Ahora elije. Hacia dónde nos dirigimos?. A Mounicou!.
Han sido algo así como 3 kilómetros totales por asfalto antes de llegar a Mounicou. Y cómo nos han sorprendido algunos rincones de esta coqueta población que preserva su arquitectura original.
Sin alejarnos demasiado buscamos en el mismo valle cerca de la población un rincón donde instalar nuestro vivac. Entre el enramado del bosque vemos algunos espacios que aunque no sean nada del otro mundo, para una noche… ya nos conformamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario