Ruta realizada: Domingo 02 de Octubre de 2.016
Itinerario:
Silanes – Peña Picaza – Monte El Buey –
Monte La Verdina
– Monte Cimero – Monte Cantoña – Peña La Maya – Silanes.
Peña La Maya
– Monte Cantoña (Sierra de Pancorbo / Burgos)
Elías y Javier.
Después del largo período veraniego de inactividad montañera, retomamos con ganas los
deseados paseos con los que nos ejercitamos a la vez que disfrutamos de la naturaleza. La
propuesta que le hago a Elías para la ruta de hoy nos lleva al pueblo de
Silanes (824 mts) desde donde pretendemos recorrer parte del cordal de la Sierra de Pancorbo.
Dejando
el coche en Silanes (al Sur de la
Sierra), el camino que tomamos para acercarnos a la montaña
nos hace cruzar primeramente por la brecha rocosa de la Canaleja por donde se
cuela el arroyo Silanes procedente de las laderas de la Sierra. Una vez superada la misma, la ruta sigue dirección
Este dejando momentáneamente a nuestra izquierda la Sierra con su cordal de
cumbres. El camino se abre paso entre las tierras de labor hasta que tomando
altura ya solo sigue una precaria senda. Alcanzamos una collada (1.020mts)
donde es necesario sobrepasar una alambrada. Justo al lado (Sur), a nuestra
derecha, unos pocos metros de desnivel no requieren especial esfuerzo para
coronar la inmediata cota Peña Picaza (1.033mts).
Regresamos
de nuevo a la collada para continuar ruta, ahora más decididos hacia el cordal
de la Sierra. Tomando
dirección Norte no seguimos ninguna senda definida ganando fácilmente metros a
la ladera hasta situarnos sobre la cota Peña del Buey (1.230mts), que nos
recibe con buzón de cumbre y señal de vértice geodésico.
Desde
la Peña del Buey
ya continuamos por el cordal en dirección Oeste hacia el siguiente objetivo que
es el Monte La Verdina
que tenemos a la vista. Sobre terreno fácil en el que también crecen algunos
pinos, perdemos escasa altura hasta el collado de La Verdina (1.199mts) donde
enlazamos con la senda que no presenta ninguna otra dificultad salvo el
desnivel de 150 metros.
El
Monte La Verdina,
o Alto de los Arcillares (1.351mts) también tiene su buzón de cumbre. Ya en la
subida nos hemos estado fijando hacia el Sur en los extensos campos de cereal
de la Bureba. Como
si viajáramos en globo aerostático, desde la altura vemos el terreno con
amplias llanuras pudiendo identificar algunas poblaciones como
Silanes, Santa María Ribarredona, e incluso Briviesca entre otras muchas. Hacia
el Norte la orografía es más variada con valles y numerosas cadenas montañosas
entre las que podemos ver la
Sierra de Arcena o el más cercano Pico Humión. Incluso intuimos el curso del Ebro pues también alcanzamos a ver la ciudad de Frias.
Seguimos
el cordal y nuevamente perdemos algo de altura (1.301mts) para a continuación
ascender a Monte Cimero (1.348mts). Avanzamos un poco más y solamente los últimos metros antes de Cantoña el
terreno se presenta agreste teniendo que pisar sobre roca para llegar a su cumbre. Sobrepasamos una primera cota en la que crece un arbusto de mostajo y a
continuación llegamos a la segunda sobre la que se halla el buzón de cumbre de
Monte Cantoña (1.353mts).
Ya
solo nos queda la ascensión a la Peña La Maya, cota más occidental del cordal que venimos siguiendo.
Los cortados de roca de Cantoña nos impiden seguir progresando en línea como
hemos hecho hasta ahora. No queda otra que desandar la parte más agreste por
la que hemos subido para bordear a continuación el mogote rocoso por el Norte.
De esta manera, pocos metros por debajo siguiendo una débil senda pegada a la
pared con algunos jitos, podemos llegar al collado (1.266mts) que separa estas
dos últimas cumbres. Por algunos jitos vemos que hasta el collado llega la ruta de
subida más directa desde Silanes o bien desde Miraveche.
Para
llegar a La Maya,
son poco más de 50 metros
de desnivel desde el collado sin que ofrezca dificultad alguna salvo la fuerte
inclinación de la ladera hasta situarnos en la cima de Peña La Maya (también Pico del
Águila) - (1.319mts). Es un excelente mirador y nos entretenemos un buen rato disfrutando
de la cumbre a la vez que observamos e identificamos el entorno y el horizonte.
Hacia el Norte se encuentra Humión en cuya base distinguimos la población de
Cubilla. Hacia el Oeste vemos la
Sierra de Oña con el conocido Pan Perdido. Mirando hacia el
Sur, además de los extensos campos de cereal de la Bureba alcanzamos a ver San
Lorenzo, San Millán, y otras cotas de la Sierra de la Demanda. Y bueno. Al Este
tenemos las cotas recientemente ascendidas de Monte Cantoña, Verdina, etc.
Comentamos y observamos las posibilidades de regreso al punto de partida. No nos sentimos especialmente cansados y aún tenemos horas por delante para poder ampliar un poco más la ruta. Regresando al collado anterior descartamos descender hacia el Sur siguiendo los jitos en bajada más directa hasta Silanes. Nos motiva más introducirnos en el bosque de hayedo de la vertiente Norte. Nuestra intención es perder unos 200 metros de desnivel para poder librar el espolón rocoso que también hacia el Norte separa ambos valles a izquierda y derecha. Por el hayedo se camina sin oposición de otras vegetaciones aunque el inconveniente es que no vemos referencias. Cuando pensamos que ya hemos descendido lo suficiente nos arrimamos a la pared del espolón rocoso para pasar al valle contiguo. Lo salvamos sin problemas bordeando el Alto de los Enemigos y ya tenemos a la vista el collado entre Las Naves y La Maya por donde deberemos pasar para regresar a Silanes. Pero por esta parte la tupida vegetación no es de hayedo como en el anterior valle. Podríamos descender por el bosque al encuentro del camino del valle que pasa por el collado entre Galdampio y Las Naves. Sin embargo tomamos la decisión de “emboscarnos” dirigiéndonos al primer collado. Lo que pensábamos sería cosa de menor problema nos lleva emplear 50’ en una travesía no muy larga pero sí muy incómoda entre la espesa vegetación compuesta de aulagas, enebros, avellanos, mostajos, y otros ejemplares aislados de haya, pino y encina.
Comentamos y observamos las posibilidades de regreso al punto de partida. No nos sentimos especialmente cansados y aún tenemos horas por delante para poder ampliar un poco más la ruta. Regresando al collado anterior descartamos descender hacia el Sur siguiendo los jitos en bajada más directa hasta Silanes. Nos motiva más introducirnos en el bosque de hayedo de la vertiente Norte. Nuestra intención es perder unos 200 metros de desnivel para poder librar el espolón rocoso que también hacia el Norte separa ambos valles a izquierda y derecha. Por el hayedo se camina sin oposición de otras vegetaciones aunque el inconveniente es que no vemos referencias. Cuando pensamos que ya hemos descendido lo suficiente nos arrimamos a la pared del espolón rocoso para pasar al valle contiguo. Lo salvamos sin problemas bordeando el Alto de los Enemigos y ya tenemos a la vista el collado entre Las Naves y La Maya por donde deberemos pasar para regresar a Silanes. Pero por esta parte la tupida vegetación no es de hayedo como en el anterior valle. Podríamos descender por el bosque al encuentro del camino del valle que pasa por el collado entre Galdampio y Las Naves. Sin embargo tomamos la decisión de “emboscarnos” dirigiéndonos al primer collado. Lo que pensábamos sería cosa de menor problema nos lleva emplear 50’ en una travesía no muy larga pero sí muy incómoda entre la espesa vegetación compuesta de aulagas, enebros, avellanos, mostajos, y otros ejemplares aislados de haya, pino y encina.
Nos sentimos aliviados
cuando alcanzamos el collado al Oeste de La Maya dejando atrás el tramo salvaje. Podemos
ver que a continuación hacia el Sur el terreno se encuentra despejado por el que no tiene que ser complicado llegar a
Silanes. Descendemos, enlazamos algunos tramos de caminos, atravesamos tierras
de labor, algunas en rastrojos, otras ya roturadas, y finalmente volviendo la mirada hacia atrás para observar la sierra por donde nos hemos
estado moviendo durante las horas pasadas, llegamos a Silanes pasando junto
a su iglesia de San Román.
Tiempo
total dedicado a la ruta: 8,45’ horas.
Desnivel
acumulado de subida: Apreciación
de unos 700 metros
Distancia
recorrida: unos 13 kms
Dificultad:
Podríamos decir que la mayor dificultad del recorrido realizado la hemos tenido
en la travesía de espesa vegetación desde la zona del Alto de los Enemigos
hasta el collado al Oeste de La Maya. Se
podría haber evitado descendiendo desde el collado entre La Maya y Cantoña directamente
hacia Silanes siguiendo los jitos y luego caminos entre las tierras de labor.
Por lo demás, el cordal no ofrece problemas aunque el propio entorno de Cantoña
sí requiere algo más de atención sobre todo para descender al collado de La Maya.
Plano de la ruta.
Veamos el amplio testimonio gráfico de la ruta.
Acercándonos a la Sierra de Pancorbo así la
vemos desde la carretera antes de llegar a Silanes.
Antes de emprender la marcha no
está de más rellenar las cantimploras.
Callejeando por Silanes para salir
por el camino hacia la sierra.
Camino que nos lleva a pasar por la
brecha rocosa de la
Canaleja.
Pasada la brecha de roca, el camino
de las tierras de labor nos lleva hacia el Este donde cogeremos el cordal de la Sierra de Pancorbo para
seguirla de Este a Oeste.
Al fondo a la derecha asoma la
punta de la peña Picaza. Por ahí pasa la ruta.
Llegando a un primer collado desde
donde no me aguantaré las ganas de subir a la derecha la peña Picaza que no
ofrece resistencia.
Buzón y placa de cumbre de la peña
Picaza.
Desde la distancia, Elías me ha retratado sobre la cota de peña Picaza.
Peña Picaza ya queda por debajo.
Por la ladera hacia Monte El Buey
donde enlazamos con el cordal de la
Sierra de Pancorbo.
Llegando al vértice geodésico y
buzón de cumbre de Monte el Buey.
Buzón y placa de cumbre en Monte el
Buey.
Dejamos la cota de Monte el Buey y
seguimos sobre el cordal ahora en dirección Oeste hacia Monte Verdina que asoma
al fondo.
Ascendiendo por senda al Monte
Verdina.
Buzón de Monte Verdina.
Continúa el cordal. Como vemos, muy
asequible para progresar por terreno fácil.
Instantánea hacia Silanes desde la
altura. También se aprecia la brecha de la Canaleja.
Elías llegando a la cota Monte
Cimero.
Mirando hacia el Norte donde vemos
pico Humión y pico Flor. Cubilla en la ladera entre ambos.
Extensos campos cerealistas de la Bureba. En el centro el pueblo
de Miraveche.
Llegando a Monte Cantoña.
La cumbre de Monte Cantoña tiene su
aliciente rocoso. Entre las rocas de esta primera cima crece un arbusto de mostajo.
Después de sobrepasar la primera
cota en la que se encuentra el arbusto, hay que seguir un poco más por la
arista hasta la cumbre principal de Cantoña donde se encuentra el buzón y placa
de esta montaña.
Buzón en Monte Cantoña.
Desde Cantoña, hacia el Oeste y por
encima del bosque de hayedo vemos la inmediata Peña La Maya, nuestro siguiente
objetivo.
También vemos en el horizonte la Sierra de Oña (Pan Perdido
y Mesa de Oña) y en la parte baja La
Aldea – Barcina de los Montes…
Mirando hacia el Norte Pico Humión,
y la Sierra de
Arcena.
Testimonial sobre Monte Cantoña.
Para seguir nuestro itinerario
hacia la Peña La
Maya, hemos de retroceder por la arista rocosa por la que que anteriormente
habíamos subido pasando de nuevo junto al arbusto de mostajo.
Siguiendo una difuminada senda, bordeamos
junto a la pared por la vertiente Norte de Cantoña para llegar al collado entre
las montañas de Cantoña y La Maya. No
lo encontramos complicado.
Desde el collado, la ascensión a La Maya no va a presentar
dificultad alguna.
Miramos hacia atrás observando
Cantoña. Con puntos rojos el itinerario seguido en la bajada.
Subiendo a La Maya pasamos junto a este
“moai” de roca.
Buzón y placa de cumbre en La Maya.
Testimonial en la cumbre de la peña
La Maya
De nuevo vista hacia Cantoña y por
detrás la Verdina.
Para regresar a Silanes bordearemos
también La Maya
por la vertiente Norte entre el bosque de hayedo que vemos en la imagen.
Espolón rocoso que baja hacia el
norte de La Maya
y que vamos a bordear para pasar desde el valle de la derecha al de la
izquierda.
Este es el valle con su manta
boscosa por donde llegaremos al collado al Oeste de La Maya y desde donde ya
bajaremos hacia Silanes.
El pueblo Miraveche no muy distante
de Silanes.
Regresando al collado entre Cantoña
y La Maya decidimos
introducirnos en el hayedo.
Bajo el hayedo se camina muy bien
sin impedimento de otras vegetaciones.
Después de la travesía por el
hayedo salimos al encuentro del paso al valle contiguo.
En la imagen vemos el Monte Cantoña.
En la imagen vemos el Monte Cantoña.
Una vez superado el espolón rocoso,
tenemos esta panorámica hacia La
Maya en primer término y Cantoña a su izquierda.
A continuación atravesaremos la
masa boscosa de enfrente para llegar a la línea del cordal que desde La Maya sigue hacia el Oeste.
Pasamos un primer manto de aulagas
punzantes… (lo que faltaba para quien va en pantalón corto).
Luego el terreno selvático con
variedad de especies vegetales: avellanos, enebros, mostajos, hayas, aulagas…
Y por fin, tras largos minutos
abriéndonos paso entre la espesa vegetación, llegamos a terreno abierto. Qué
alivio!.
Estamos en el collado bajo la
Peña La Maya que tenemos sobre nosotros.
Ahora ya descender en dirección a
Silanes.
Primero la ladera, luego algún
camino…
Pasamos junto a esta fuente y su abrevadero.
De vez en cuando volvemos la mirada
hacia La Maya y
Cantoña.
Para evitar rodeos, atravesamos
algunas tierras de labor recién labradas.
Silanes bajo la Sierra de Pancorbo.
Edificio de la iglesia de San Román
de Silanes.
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