Visitamos el Parque Natural de los Collados del Asón donde
realizamos una larga y bonita ruta prácticamente circular partiendo de la
localidad de Asón. Recorremos los barrancos de Rolacías y de Colina y ya de
paso nos traemos para casa la ascensión a las cumbres Porracolina y Carrío.
Ruta realizada: Domingo 18 de Mayo de 2.014
Itinerario:
Asón – Barranco de Rolacias – Collado de la Mina – Porracolina – Collado de la Mina – La Madera – El Senderón –
Alto Carrío – Alto La Porra
– Collado de Sota – Barranco de Colina – Cabañas del Chumino – Barranco de
Rolacías – Asón.
Porracolina nos muestra su vertiente Sur.
Elías y Javier.
Dejamos aparcado el coche en las inmediaciones de la localidad de Asón (Cantabria) tras descender el Portillo de la Sía y Collado del Asón.
La
ruta comienza cruzando el puente (229mts) sobre el río Asón desde donde ya
seguimos la senda que remonta el barranco de Rolacías. Pasamos junto a unas
primeras viviendas donde nos “saludan” muy efusivamente unos nerviosos canes en
su afán de ahuyentar a cualquiera que ose pasar cerca de las propiedades de sus
amos. La entretenida senda no presenta serias dudas para seguirla. En su primer
tramo discurre prácticamente al lado del ahora seco lecho del torrente el cual
cruza en algunas ocasiones para dejarle definitivamente a la izquierda sin
separarse de él en exceso. Sobre la marcha también podemos fijarnos en la
vegetación arbórea en la que se entremezclan variedad de ejemplares entre los
que cabe destacar nogales, alisos, castaños, avellanos, fresnos. Más adelante
las masas boscosas con predominio de hayas y robles nos ofrecen su agradecida sombra en este día caluroso.
Llegando
a las inmediaciones de la confluencia de los barrancos de Rolacías y de Colina
podemos ver en la ladera opuesta de nuestra marcha las cabañas del Chumino con
sus praderas parceladas. Sobre el camino, un mojón bien visible de piedras
también parece señalar divisoria de sendas. Nosotros decidimos seguir por la
que continúa por la derecha y que sigue el barranco de Rolacías hacia el Alto
de la Mina. El
barranco de Colina será por el que regresemos una vez hayamos completado las
ascensiones que traemos en mente.
Sobrepasadas
algunas cabañas en estado de abandono, la senda deja el bosque alzándose por la
ladera para superar una prominencia rocosa que separa dos vaguadas las cuales
confluyen más arriba en el grupo de cabañas de Sotombo igualmente en evidente
ruina. Está claro que estos valles tuvieron mucha actividad ganadera en tiempos
no tan lejanos siendo una lástima que en la actualidad se vea mermada o perdida aquélla forma
de vida rural, aunque hay que comprender también que de significada dureza.
Tanto
el terreno por el que avanzamos así como las laderas del entorno nos ofrecen
una gran vistosidad resultando de esta manera mucho más amena y agradecida la
exigente subida, no en vano son más de 1.000 metros de
desnivel los que nos vemos obligados a superar desde donde hemos comenzado la
ruta hasta el collado del Alto de la
Mina (1.273mts). Situados sobre el collado tenemos muy al
alcance el primer objetivo de la ruta. El Porracolina se encuentra a “tiro de piedra” 150 metros por encima y
no nos resistimos a esperar más tiempo para situarnos sobre su cumbre a la que
accedemos siguiendo una ligera senda que salva la pendiente por su ladera Sur.
Un
sencillo buzón nos recibe en la cumbre de Porracolina (1.414mts). Disfrutamos
el momento con las panorámicas que
tenemos a nuestro alcance, llamándonos poderosamente la atención los verdes
valles con sus atractivos relieves que se extienden parte abajo de la montaña.
La bruma del horizonte nos impide ver hacia el Norte con mejor detalle la costa
del Cantábrico, pero sí que podemos identificar la ubicación de Santander. Más
claramente reconocemos hacia el Sur Castro Valnera y Picón del Fraile, así como
las más cercanas cumbres de Colina y Carrío, esta última que también entra en
los objetivos de nuestra ruta de hoy.
Nos
desplazamos hacia el inmediato extremo Oeste de la montaña para pisar sobre
la cumbre secundaria con una altura ligeramente inferior (1.405mts) desde donde
tenemos mejor visión sobre los valles de Miera. Ya con esto, regresamos de
nuevo al collado del Alto de la
Mina para continuar con el itinerario que más adelante nos llevará a
coronar el Alto de Carrío. Para ello seguimos el cordal de cumbres y sus
respectivos collados pasando por los Altos de la Madera (1.356mts y
1.359mts), el Senderón (1.337mts) y el collado de Sota (1.276mts) previo al
Carrío. Elías no se siente animado y me deja a mi suerte en la subida a ésta
última cumbre.
Desde
el Alto de Carrío (1.435mts) tengo una destacada panorámica incluyendo el Picón
del Fraile donde se hallan las instalaciones de vigilancia aérea, Sierra la Vaga con sus montes Veinte y
Pizarras y el valle colgado de Bustalveinte, lugares por donde en inviernos pasados nos hemos movido varias
veces con los esquís de travesía.
Para
continuar y finalizar las ascensiones de este día tengo alguna duda. Por una
parte me apetecería ascender el cercano monte Colina (1.441mts). Pero quizá sea
entretenerme demasiado teniendo en cuenta que Elías está esperando junto a las
cabañas de Sota. Como segunda opción, se me ocurre desviarme hacia la cota que
en el plano veo referenciada como La
Porra y que se encuentra al Oeste de la Torca del Embudo. Desciendo
del Alto Carrío por su ladera Oeste y en poco tiempo me sitúo en la citada elevación
de La Porra
(1.248mts). No me entretengo y cierro esta corta extensión dirigiéndome al
collado de Sota por la ladera Norte de Carrío para desde ahí descender al
encuentro con Elías a quien he hecho esperar (y descansar) algo más de una
hora.
Nos
queda ahora un largo y entretenido descenso por el barranco de Colina.
Intentamos seguir una senda auxiliada con algunos jitos. Pero al tener poco
uso, dicha senda a veces se presenta desdibujada y hay un momento en el que nos
despistamos y llegamos a perderla. Rectificamos a tiempo localizándola
nuevamente antes de enriscarnos por los cortados de roca. Es muy importante
seguir la senda (o en su caso los jitos), que discurre por una u otra parte del
lecho del torrente. No obstante, hasta llegar a las cabañas del Chumino y enlazar
posteriormente con el barranco de Rolacías y su correspondiente senda por la
que subíamos a primera hora, disfrutamos del descenso pues se suceden pasajes
realmente atractivos y vistosos. Aparte de dicha vistosidad observamos un hecho ligeramente negativo que también nos llama la atención. Son las superficies
quemadas en las laderas que afortunadamente no afecta a los bosques. Unas
quemas claramente recientes e intencionadas.
Una
vez que hemos enlazado con la senda del barranco de Rolacías ya solo queda seguir
su conocido trazado hasta el punto de partida a donde llegamos con la hora un
poco ajustada, pues el recorrido ha resultado realmente largo. Pero eso sí,
altamente satisfactorio.
Tiempo total dedicado a la ruta: 10,10’ horas. (incluyendo
paradas, descansos y demás)
Desnivel acumulado de subida:
unos 1.600 metros
Distancia recorrida: unos 17 kms
Climatología: Muy buen día, calor
soportable.
A continuación podemos ver amplia muestra gráfica de la jornada…
Barranco de Rolacías que hemos de remontar para ascender posteriormente al monte Porracolinas.
Seguimos un camino que en algunas ocasiones cruza el lecho
del torrente que actualmente se halla seco.
Una mirada hacia atrás quedando abajo el valle del Asón y
por encima la Sierra
del Hornijo con los Altos de Mortillano y Cantispuela.
La senda se introduce en el bosque con variadas especies arbóreas. Ganando altura predominará el fresco hayedo.
A la altura de las cabañas del Chumino que llegamos a ver en
la ladera opuesta, sobrepasamos la confluencia de los barrancos de Rolacías y
de Colina. La ruta nos lleva a continuar subiendo por el primero mientras que el
regreso lo haremos por el de Colina.
La prominencia que tenemos de frente la salvaremos por la
derecha.
Explosión de frescura y color primaveral.
A lo largo del recorrido también me entretengo en fotografiar
algunas de las muchas florecillas que me llaman la atención. No soy ningún
experto ni mucho menos, pero me encanta observar de vez en cuando la variedad
de flora que en esta época es abundante. Muestro agrupadas de esta manera mi particular colección detectada en la presente ruta dejando la identificación de las mismas para los más entendidos.
Una vez más mirando hacia abajo del valle con la Sierra del Hornijo enfrente.
A la derecha aparecen algunas de las cabañas del Chumino.
Ya muy cerca del collado de la Mina pasamos junto a las cabañas
de Sotombo en evidente estado de abandono.
Desde el collado de la Mina tenemos ya al alcance el alto de Porracolina
al que nos dirigimos.
Un sencillo buzón nos recibe en la cumbre de Porracolina.
Testimonial en la cumbre de Porracolina.
Panorámica con vistas hacia el Sur pudiendo identificar:
Picón Blanco, Alto Colina, Peña Lusa, Alto Carrío, Picón del
Fraile, Castro Valnera…
Junto a la cima principal de Porracolina tenemos esta otra
cima secundaria a la que también accedemos.
Y desde ella tenemos bonitas panorámicas hacia los verdes valles de
Rio Miera.
Nuevamente con zoom de acercamiento mirando hacia Picón del
Fraile, El Veinte, Pizarras y Castro Valnera. También señalo en plano inferior el Alto de la Porra al que me acercaré
después de ascender más adelante el Alto Carrío.
Mirando hacia la cota principal de Porracolina.
Descendemos hacia el collado de la Mina para seguir itinerario
hacia el Alto Carrío.
Una mirada hacia atrás después de bajar de Porracolina.
Siguiendo el cordal vamos a pasar por los Altos de la Madera.
Desde el Alto de la Madera observamos el Alto Colina, Peña Lusa, Alto
Carrío, y por detrás el Picón del Fraile.
Siguiendo el cordal pasamos a continuación por El Senderón.
Mirando hacia atrás el Alto de la Madera que acabamos de dejar.
Collado de Sota y Alto Carrío.
Alto Colina, cabañas de Sota y barranco de Colina por el que descenderemos un poco más tarde.
El Alto de La
Porra al que accederé después de ascender al Alto Carrío y antes
de regresar al collado de Sota.
Otro grupo floral captado en la ruta.
Elías no me acompaña en esta ascensión y subo yo solo al Alto Carrío.
Subiendo al Alto Carrío tomo esta panorámica con vistas
hacia Porracolina y cordal que hemos recorrido.
Y ya desde el Alto Carrío retrato de nuevo Peña Lusa, Picón
del Fraile y Castro Valnera. Por debajo el amplio valle Bustalveinte.
Acerco con el zoom las instalaciones de Vigilancia Aérea que hay sobre el Picón del Fraile.
Autorretrato en el Alto Carrío.
Antes de regresar al collado de Sota decido pasar por el
Alto de La Porra.
Desde el Alto de La
Porra tomo esta panorámica hacia Porracolina, Alto de la Madera y El Senderón mostrándome
sus laderas de orientación Oeste.
Torca del Embudo, laderas del Carrío, Alto Colina y collado de Sota al que me dirijo a continuación.
Dirigiéndome al collado de Sota miro hacia atrás donde queda
el coqueto Alto de La Porra que acabo de ascender.
Después de esta extensión con ascensiones a los Altos Carrío
y La Porra me
vuelvo a reunir con Elías que pacientemente me ha estado esperando junto a las
cabañas de Sota.
Emprendemos el descenso por el barranco de Colina hacia las
Cabañas del Chumino.
El barranco de Colina resulta ameno, vistoso y entretenido.
Hay que procurar no despistarse y estar muy atentos para no
perder la senda asistida por jitos pero que a veces se diluye por el terreno. De
otra forma podríamos enriscarnos por las laderas escarpadas.
Nuevo grupo floral con algunas de las especies captadas en la
presente ruta.
No nos hemos librado de un pequeño despiste pero
afortunadamente rectificamos a tiempo y ya estamos sobre la senda muy cerca de las
cabañas del Chumino.
Una mirada hacia atrás donde ya dejamos el sorprendente barranco
de Colina.
Enlazamos con el barranco de Rolacías y ya seguimos el
itinerario conocido de primera hora hasta el punto de partida.
Antes de finalizar la ruta, nos vemos obligados a pasar
junto a esta vivienda donde la pareja de perros tratan de asustarnos escandalosamente.
Pero salimos airosos del trance.
Finalizamos esta bonita ruta, un tanto exigente debido al largo
recorrido y alto desnivel acumulado. Sí que estamos un poco cansados pero ha
merecido la pena.
Hola Javier.
ResponderEliminarEn este viaje has cambiado los palos de esqui,por el bastón,se me hace raro verte en este reportage,tanta nieve y ahora entre verde,unas vistas muy bonitas.Un cordial saludo.
Así es, Juan Carlos. El invierno ya ha pasado y ahora cambiamos también nosotros. Cuando no hay nieve también es muy agradable recorrer los valles y montañas. Así que vamos a seguir disfrutando lo que se pueda con nuestros paseos por la montaña.
EliminarUn saludo,
Javier
Muy atractivos e interesantes los parajes y collados del Ason que habéis recorrido.
ResponderEliminarEn alguna ocasión 'Ojolince y Sra.' hemos visitado alguno de los pueblos de la zona y nos han llamado poderosamente la atención esos escarpados y acanalados cortados tan característicos de esta región pero, aún no hemos tenido posibilidad de recorrerles como habéis hecho vosotros.
Nos has relatado una concienzuda ruta por el Asón, con una muestra gráfica extensa y variada. Hasta un pormenorizado resumen floral que te sirve de herbario virtual asociado.
Muy completo y bien descrito, así calificamos este resumen de los collados del Asón; muy recomendable para el que quiera, en una jornada (o mejor, dividido en dos) conocer esta bonita región cántabra.
Un abrazo.
Qué tal amigos Juan Miguel y Tere.
EliminarHabéis estado cerca de esta zona y no me extraña que os llamase la atención. Los valles Cántabros también ofrecen un poderoso atractivo. Tienen bonita convinación de colores, verde de sus valles y grises de los escarpes rocosos. Y también mucha flora que tanto os gusta a vosotros.
No os faltarán oportunidades para acercaros y disfrutar de bonitas rutas por estos entornos. Una referencia ya tenéis con esta entrada y a ver si van saliendo más.
Cuantos más lugares visitamos y recorremos, más nos vamos dando cuenta de la cantidad de posibilidades donde poder ir y reconocer. Esto es fantástico.
En cuanto al resúmen herbario con el que ambiento la muestra gráfica, reconozco que es una lástima que sea "mudo". Necesitaría tiempo y más conocimiento para identificar y colocar nombre a cada especie como tan hábilmente nos lo presentáis vosotros en vuestro blog. De momento me conformo con observar y disfrutar de sus variadas formas y colores. A ver si llega el día en el que me anime a dedicarle tiempo al estudio de las especies que vemos al paso de nuestras excursiones. De sobra sé por vosotros que merece la pena.
Un abrazo,
Javier
Muy interesante este precioso paseo por los Collados de Asón.
ResponderEliminarEstas montañas Cántabras tienen un atractivo enorme.
También preciosas las instantáneas de la flora que os encontrasteis en el camino.
Precisamente estuve por aquellas montañas este pasado fin de semana.
En concreto en la localidad de Matienzo y en Arredondo.
Estuvimos haciendo espeleología en una de las numerosas cuevas que existen en aquella zona.
Esta actividad formaba parte de la despedida de soltero que me brindaron los amigos.
Lo pasamos muy bien.
Un abrazo:
Kike
Enhorabuena Kike por esa despedida que nos anuncias. Desde este blog deseo que todo os vaya bien y que el cambio no te suponga separarte demasiado de tus actividades montañeras.
EliminarQué casualidad que casi coincidimos en estas fechas, nosotros encumbrando montañas y vosotros de espeleología. Una nueva faceta por tu parte que anteriormente no nos la habías mostrado. Pero conociéndote, pienso que aunque las cuevas tienen su encanto... tú eres más de cielos abiertos. A que sí!!.
A ver si antes de que cambiéis vuestro estado civil hay tiempo para compartir alguna ruta. Estos mismos entornos de los Collados de Asón tienen posibilidades y a lo mejor podríamos vernos por ahí. Y si no es posible antes, ya miraremos de que sea después...
Un abrazo,
Javi